jueves, 15 de noviembre de 2007

Filosofía Freack


Un lector de Nietzsche con forma de espárrago con poleras anticristo que lleva 11 meses de voto de silencio. Un vendedor de zapatos solitario. La versión suburbana sensible de Al Bundy. Un libidinoso abuelo adicto al porno infantil con la nariz embalsamada en cocaína. Una pequeña con la panza más amorosa que se haya visto determinada a convertirse en una reina de belleza prepúber. Hay películas que se ríen de lo más triste.
Los infelices nos hacen sentir felices. La tuya no es la única familia fracturada. Y después de ver a la disfamilia Hoover en Pequeña Miss Sunshine ya no tienes porque sentirte sólo. Dramas reales como estos nacen de nuestra historia. Aunque uno crea que sólo pueden ser fruto de la ficción más torcida. En la era de los efectos digitales, esta si es Magia. Más que películas para las masas, para la inmensa comunidad de solitarios.Pequeña Miss Sunshine habla de los patitos feos que no buscan ser lindos,ni cool, que no transan su excentricismo, su abulia, se revuelven como chanchoen su alma freak, lo pasan pésimo y tampoco buscan mucho más. Y esto, plenamenteconscientes de su carencia afectiva, familiar y su distanciamiento de la vida misma.Sin embargo, de pronto, este es un milagro de su cine, su efecto catártico.Te das cuenta que todos sus personajes buscan amor. Y de eso se trata este cine, que forma parte del mismo árbol genealógico de la familia Tenenbaum de Wes Anderson, los Maplewood de Solondz, y el clan de Malcolm in the Middle (el papá de Malcolm tiene una aparición en Little Miss Sunshine).Una película de tan patética se torna elevadora. De tan bajoneante se torna liberadora.Una declaración de amor a una familia con todo y sin nada, sin todo y con nada.Todos los conocemos, algunos tenemos el privilegio de ser como ellos.Pequeña Miss Sunshine no es la historia de una familia feliz, o de una familia siquiera.Una película que hace mal, pero también bien.Hay una sabiduria que viene con el fracaso de las relaciones, no con el éxito.A veces, el triunfo es el fracaso


Little miss Sunshine.

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